jueves, 17 de septiembre de 2015

Reportaje

Hoy os dejamos con un reportaje de Rafael Velasco titulado: Leyenda del arroyo del infierno.

             Hace muchos años, con la protección que supondría nuestro castillo-fortaleza con su guarnición militar, y animados probablemente por los dueños de las tierras que circundaban nuestro pueblo, se instalaron unos monjes en las afueras de lo que entonces sería La Puebla, que según se cree pudieron construir un convento con su capilla y su torre, quién sabe si la que ahora preside nuestra Plaza de la Iglesia.



Actual torre de la Iglesia Parroquial que en parte pudo serlo  de un convento anterior


               Parece ser que estos monjes, por aquello del “ora et labora” se dedicaban en su jornada de trabajo a la alquimia y la fabricación de medicinas. Por la noche, cuando lo dejaban todo recogido, vertían los restos de sus experimentos en el arroyo de la calle Llana, sucediendo que donde ellos realizaban sus vertidos, los animales que bebieran allí terminaban por enfermar y reproducirse con malformaciones o morir, de manera que fue creando una gran preocupación entre las personas que gustaban de observar todos los fenómenos que ocurrían a su alrededor.

               Cuando algún chiquillo se acercaba por allí a lavarse o a charquetear, estas personas observadoras les decían: “¡Cuidado que esa agua parece que la convierte el diablo en agua del infierno y te puede hacer daño! De ahí que nuestro arroyo serrano que recorre el valle del mismo nombre, tomara con el tiempo el nombre de “Arroyo del Infierno”.


Arroyo del Infierno por Angorrilla

               Este nuestro arroyo, aunque con un nombre un poco raro, aparece en los mapas con dicho nombre, como afluente del Retortillo por la derecha y le recuerda a nuestros padres y abuelos épocas pasadas en las que no había piscinas y tenían que recurrir a bañarse en los charcos de los arroyos, como el famoso “Charco del Infierno” o cuando por una vereda en paralelo a nuestro histórico arroyo, iban al Retortillo en primavera a pescar bogas a ojete o los 8 de Septiembre a la romería de la Virgen de los Remedios en El Collado y a pasar el día en el magnífico paraje de la desembocadura del tan nombrado “Arroyo del Infierno”.



Valle del Infierno


            En la actualidad nos recuerda a todos que así como un cuerpo está lleno de arterias y venas que llevan la sangre de un lado para otro y le dan vida, nuestro “Arroyo del Infierno” nos conecta con sus aguas con muchos pueblos y ciudades andaluzas por donde pasan una vez que llegan al Guadalquivir, y a los que nosotros les entregamos algo nuestro, una parte de nuestras aguas que para la humanidad  han sido siempre fuente de vida.