Fiesta eminentemente profana que se celebra el primer fin de semana de febrero. Se relacionan estas fiestas con las de Lupercalia, el 17 de febrero del calendario romano de la época imperial, dedicadas a la preservación de los ganados. Su originalidad consiste en que cada una de las calles realiza una candela, tradicionalmente mediante el acarreo de leña y ramas de olivo por pequeños y jóvenes.
Estas grandes hogueras van coronadas con un muñeco de paja u otros materiales, llevando un mensaje burlesco relacionado con algún acontecimiento de la población o del país. Alrededor de la hoguera se canta y baila el "sandinga", coplas satíricas sobre anécdotas locales.
Las mujeres mayores se encargan de preparar la "sopaipa" una masa de harina y agua, la amasan, la alisan, cortan en finas lonchas y fríen en aceite de oliva, se acompaña con un poco de chocolate caliente, lo que ayuda a sobrellevar las tardes frías de invierno.